
Boca Juniors volvió a celebrar en La Bombonera con un triunfo 2-0 sobre Banfield, y la figura de la noche fue Leandro Paredes, que jugó como si nunca se hubiera ido del club. El campeón del mundo fue dueño de la pelota, del ritmo y de la conexión que el equipo necesitaba. A su lado, Rodrigo Battaglia se consolidó como su socio ideal en el mediocampo.